Reflexión
“El Renacimiento en nuestra vida”
El Renacimiento se enfoca a la reactivación del conocimiento y el progreso de la sociedad después de una mentalidad dogmática establecida en la Edad Media en donde el conocimiento se encontraba cegado. Es en este momento en el que surge la luz representada como una manera nueva y diferente de ver al mundo, así como también al ser humano, interesándose más en las artes, la política, las ciencias y principalmente fundamentándose en el antropocentrismo, que es el nuevo pensamiento en el que el ser humano es el centro del universo.
En este periodo se inicia un proceso innovador en la consolidación de la importancia del hombre en las realidades históricas y naturales aplicadas en los siglos XV y XVI. Es en base a este nuevo pensamiento que el hombre sale hacia la luz por medio de la razón y comprende al mundo que lo rodea, conociendo más allá de los límites y evolucionando hasta lo que hoy conocemos.
Además, el ser humano expande no solo su conocimiento, sino también su cultura entera, su transformación religiosa, su modificación económica propiciando el capitalismo en el que hoy estamos inmersos, así pues, los filósofos surgidos en esta época continúan siendo ejemplares de estudio y personajes de calidad que brindan más que una enseñanza, una manera óptima para vivir y desarrollarnos.
CONCLUSIÓN
El descubrimiento y exploración de nuevos continentes, el auge del individualismo y la visión antropocéntrica del mundo, la aplicación de importantes inventos como la brújula y la imprenta, la afirmación de los estados nacionales y la difusión de unas formas artísticas inspiradas en el mundo grecolatino, definieron la configuración del Renacimiento, un brillante período de la cultura europea inmediatamente posterior a la edad media.
Considerado en un principio por eruditos e historiadores como un resurgir de la cultura clásica tras un largo declive medieval, posteriormente el término ha ido adquiriendo también una serie de connotaciones políticas, económicas e incluso religiosas. Aunque, por lo general, se ha creído que fue completamente opuesto al Medievo, algunas tendencias historiográficas tienden a ver el Renacimiento más como un proceso evolutivo que como un corte profundo, ya que diversas transformaciones propiamente renacentistas habían sido ya apuntadas a comienzos del siglo XII, entre ellas el retroceso de la influencia de la Iglesia Católica y del Sacro Imperio Romano germánico, la aparición de ciudades-estado, el desarrollo de las lenguas nacionales y el resquebrajamiento de las estructuras feudales.